viernes, 26 de septiembre de 2008

Me encanta ser mujer


Supongo y espero no ser yo la única que se queda perpleja, alucinada, sin palabras ante nuestra querida amiga la televisión cuando aparecen anuncios de compresas o tampones. Anuncios éstos que derrochan una increíble carencia de masa cerebral por parte de sus autores, así como una tremenda falta de respeto hacia el sexo femenino.
¿De verdad cree quien haga estos anuncios que a una mujer que se pasa entre 3 y 7 días (puede que hasta más) con un dolor de ovarios que la tiene más doblada que los boletos de una tómbola, con un mal genio de no te menees, que tiene tantas ganas de cachondeo como de pegarse un tiro, le encante, en esos días, ser mujer? (Aviso importante para el sexo masculino: pobre de aquel que se pegue la gracia de recordar ese eslogan a una mujer en pleno periodo menstrual: cruzar el Atlántico a nado es menos peligroso).
Hay anuncios, como aquel de Sylke y Rosi de Palma, en los que cada escena era incluso más vomitiva que la anterior. ¿Qué no sabéis cuál? Sí, hombre, aquel en el que encontraban una tortuguita la mar de mona y la devolvían muy educadamente a su dueña, la cual les daba invitaciones para el espectáculo de su hijo, que era mago.O aquel otro, también de Sylke y Rosi, en el que no paraban de viajar sin moverse de donde estaban y aparecían luego ataviadas con sendos sombreros mejicanos.Vamos a ver, estas dos señoritas, ¿se ponían la compresa o se la fumaban? Tal vez esnifaban el pegamento del reverso, quién sabe. Y no hablemos ya del anuncio de las compresas-tanga, ese en el que aparece un montón de hermosas jóvenes meneando sus glúteos como si estuvieran pisoteando todas las hormigas de "La Marabunta" una a una.
También hay anuncios de este tipo que no se contentan sólo con menospreciar la inteligencia del sexo femenino; que va, también la del masculino porque, vamos a ver, ¿quién es el garrulo que, viendo un envoltorio plagado de la palabra "Támpax" por todas partes, piensa que dentro pueda haber una chocolatina?
Ahora bien, lo que realmente me tiene intrigada de este tipo de anuncios es saber si los señores publicistas encargados de su creación conocen realmente el uso para el que están diseñados estos artículos. Yo siempre he creído, pobre ignorante, que eran productos higiénicos; pues no, resulta que su principal función es la de analgésico.-¿¡Cómo!? - Estaréis pensando.Que sí, hacedme caso. ¿Acaso no habéis visto anuncios en los que la protagonista se pone (o se supone que lleva puesto) uno de estos utensilios y, como por arte de la divina providencia, le desaparecen todos los dolores y se pone más contenta que Heidi corriendo por el monte? ¿Tendrán Saldeva superconcentrada espolvoreada por la superficie? ¿Será cocaína? Puede que en las próximas olimpiadas las compresas y los tampones figuren entre las sustancias dopantes (viendo estos anuncios no me extrañaría lo más mínimo).
Seamos serios, señores: al pan, pan, al vino buen trago y cada cosa para lo suyo.
Ahora que lo pienso, ya me gustaría a mí ver los spots que han sido desestimados por las compañías publicitarias en favor de los que vemos por televisión. ¿Los habrá prohibido el Ministerio de Sanidad por ser posible causa de derrame cerebral?

Y para calmar mi furia me regalo este video